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martes, 25 de junio de 2019

Que su cuerpo se mantenga siempre en movimiento


He aquí un hecho sorprendente: aproximadamente 3 de cada 4 adultos no realizan la cantidad recomendada de actividad física, que puede ayudar a prevenir y a controlar diversos tipos de enfermedades.

Muchos adultos no tienen ninguna actividad en absoluto, aparte de levantarse de su asiento para ir hasta el refrigerador a buscar algo para comer. A medida que envejecemos, dejamos de movernos. Casi el 23 por ciento de los adultos entre los 18 y los 44 años, y el 32 por ciento de los mayores de 65 años, son sedentarios.

Si bien es probable que usted sepa que la inactividad a largo plazo debilita sus huesos y sus músculos, es posible que no se dé cuenta que también puede dañar su corazón y su cerebro. Esto a su vez, aumenta las probabilidades de demencia senil y enfermedad cardíaca, entre otras afecciones que pueden llevar a una persona a tener una muerte prematura.

Muchas investigaciones sugieren que hacer ejercicio puede ayudar a mantener nuestros órganos sanos, previniendo y retrasando su deterioro.

Es necesario comenzar a pensar en la forma de mantenernos siempre en movimiento. Todo lo que aumenta nuestra actividad general, nos mantiene alejados del estilo de vida sedentario que tanto daño le hace a nuestro organismo.


Cómo el ejercicio beneficia al corazón

A medida que crecemos y nos hacemos mayores, nuestro corazón comienza a debilitarse gradualmente. Sus paredes se vuelven más gruesas y menos flexibles, y las arterias se vuelven más rígidas. Esto aumenta el riesgo de presión arterial alta (hipertensión) y otros problemas cardíacos, dentro de los que se incluyen el ataque cardíaco y la insuficiencia cardíaca, y en una persona sedentaria, ese riesgo aumenta aún mucho más.

Cuando usted hace ejercicio, su corazón late más rápido, aumentando el flujo sanguíneo y suministrando al cuerpo el oxígeno necesario para la vida. Cuanto más se ejercita, más fuerte se hace el corazón y más elásticos se vuelven los vasos sanguíneos. Esto ayuda a mantener una presión arterial más baja y disminuye las probabilidades de desarrollar muchos problemas cardiovasculares.

El ejercicio aeróbico es el más recomendable. Las investigaciones sugieren que el entrenamiento cardíaco consistente, moderado o vigoroso a largo plazo puede ser de gran ayuda, aunque cualquier actividad física promueve una buena salud cardíaca en general. No importa que clase de ejercicio practiquemos, correr, nadar, montar en bicicleta, lo importante es fomentar el aumento del ritmo cardíaco.

Ponerse en forma también beneficia al corazón de otras maneras, ya que ayuda a neutralizar los factores de riesgo relacionados con las enfermedades cardíacas. El ejercicio normalmente trae beneficios importantes como los siguientes:

- Reduce los procesos inflamatorios.
- Ayuda a aumentar el HDL (colesterol "bueno") y a reducir el LDL (colesterol "malo").
- Ayuda a mantener un peso saludable y a evitar la obesidad.

Sin duda alguna, el ejercicio mejora la salud de su corazón sin importar su edad. Por ejemplo, en un estudio publicado en marzo de 2018 en la revista Circulation, se encontró que 28 hombres de mediana edad que completaron dos años de entrenamiento con ejercicios de alta intensidad, en comparación con un grupo de control que no practicaba ninguna clase de ejercicio, vieron una reducción notable en la rigidez cardiaca y un aumento considerable en la capacidad de sus cuerpos para hacer buen uso del oxígeno, lo que generaba una reducción en el riesgo de padecer de alguna insuficiencia cardiaca.

En otro estudio publicado en la edición de agosto de 2018 de la revista de la Asociación Americana del Corazon (Journal of the American Heart Association), los investigadores encontraron en 1.600 voluntarios entre los 60 y 64 años que fueron sometidos a actividad física durante cinco días, una notable reducción en los indicadores en sangre de una posible enfermedad cardiaca. Sin duda alguna, la actividad física fue determinante para obtener dichos resultados.

Cómo el ejercicio beneficia al cerebro

Lo que es bueno para el corazón generalmente es bueno para la mente, y las investigaciones demuestran que hacer ejercicio extenuante de forma regular puede mejorar la salud cerebral de varias maneras.

Primero, el ejercicio está ligado a una mejor cognición, que incluye una mejor memoria, atención y el desarrollo de la coordinación y la motricidad física. De igual manera, el ejercicio aumenta la velocidad con la que se procesa y se reacciona ante la información que proviene del cuerpo.

Ponerse en forma, también está relacionado con un declive cognitivo más lento relacionado con la edad. Si bien gradualmente perdemos nuestras habilidades de pensamiento, concentración y memoria, a través del ejercicio, podemos retrasar por mucho más tiempo dicha pérdida. En otras palabras, es una excelente idea practicar siempre algún deporte ya que de este recibimos la ayuda que el cuerpo necesita para mantener en buen estado todas sus funciones.

El ejercicio puede ayudar a prevenir o retrasar la demencia senil, incluyendo la enfermedad de Alzheimer. Diversos estudios han demostrado que las personas más activas físicamente a lo largo de su vida, son mucho menos propensas a desarrollar esta clase de enfermedades.

Se sabe que el ejercicio mejora el flujo sanguíneo y el suministro de oxígeno al cerebro, lo que ayuda a que este funcione mejor. Algunas investigaciones indican que la actividad física constante previene el encogimiento del hipocampo, la parte del cerebro crucial para aprender y recordar cosas. Los expertos también creen que estimula la actividad química en el cerebro que contribuye a mejorar los procesos cognitivos.

¿Cuándo se puede empezar?

No importa la edad que tengamos, debemos comenzar a desarrollar una actividad física constante tan pronto sea posible. Nunca es demasiado tarde para empezar y nuestro cuerpo siempre se beneficiará de tener una actividad física exigente.

Además de las recompensas que reciben el corazón y el cerebro, el ejercicio nos permite:

- Mejorar nuestro estado de ánimo y energía.
- Sentirnos alegres, optimistas, seguros y confiados.
- Prevenir múltiples lesiones.
- Disminuir el riesgo de otras enfermedades asociadas con el envejecimiento, como la artritis, la diabetes, la arterioesclerosis, etc.
- Nos ayuda a mantenernos siempre en movimiento.

Las pautas de ejercicio mundialmente aceptadas, recomiendan para los adultos mayores, el desarrollo de actividad física moderada como mínimo durante 30 minutos 6 veces por semana, o durante 15 minutos 6 veces por semana, si se trata de actividad física intensa o vigorosa. Actividades cardiovasculares como caminar, montar en bicicleta, nadar, y bailar son buenas opciones para los adultos mayores. Y para aquellos adultos mayores más enérgicos, el levantamiento de pesas que mejora la fuerza, la movilidad articular y la resistencia de los tendones y músculos, es algo siempre bienvenido.

De igual manera, la práctica del yoga o el tai chi, ayudan a mejorar el equilibrio y la flexibilidad, lo que permite mantener una buena movilidad y una buena flexibilidad de huesos y músculos, lo que ayuda enormemente en caso de una caída, que a menudo son catastróficas para la salud de las personas mayores.


Comience a su ritmo

Si usted es un adulto mayor debe hablar con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier nuevo régimen, especialmente si usted tiene una afección crónica, como una enfermedad cardíaca. Un buen profesional de la salud, le ayudará a desarrollar una rutina segura y efectiva que se ajuste a su nivel de condición física.

Y recuerde, aunque sea una caminata corta, cualquier esfuerzo físico siempre será mucho mejor que no hacer nada. Si hay algo que enferma al cuerpo humano y lo deteriora por completo, es la inactividad. Evite pasar sus días sentado en una silla viendo la televisión. Esto es algo devastador para el cuerpo. No importa la edad que tenga, haga el esfuerzo de hacer que su cuerpo se mantenga siempre en movimiento. Despídase de la pereza y deje a un lado la queja y el dolor, para dedicarse al menos 5 minutos diarios de ejercicios que le hagan transpirar. La máquina humana necesita moverse. Con los años, nos hacemos pasivos, lentos y todo comienza a atrofiarse y a oxidarse. Sin embargo, es nuestra culpa que eso suceda, no es culpa de nuestro cuerpo.

Nuestro cuerpo es una máquina asombrosa, capaz de hacer cosas que nos son siquiera impensables, pero para que nuestro cuerpo pueda ayudarnos a tener una buena vejez, se necesita que su dueño, es decir usted, se interese en darle el movimiento y la atención que el cuerpo requiere.

No lo olvide, nunca es tarde para comenzar. Al principio puede ser un proceso doloroso, pero si usted es capaz de ponerse por encima de la queja, del dolor y de sus viejas costumbres que lo mantienen prisionero en la inactividad, su cuerpo se lo agradecerá. Comience poco a poco y los cambios de igual manera comenzarán a hacer su aparición.

Si conoce a alguien a quien esta información pueda servirle y serle de interés, entonces no dude en compartirla. A veces un simple escrito como este, puede ser toda la motivación que las personas necesitan para comenzar a moverse en la búsqueda de un mejor estado de salud.

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